miércoles, 31 de diciembre de 2008

ACTUALIDAD E HISTORIA DE MUERTE PALESTINA

A PROPÓSITO DE LOS ACTUALES BOMBARDEOS ASESINOS DEL ESTADO DE ISRAEL EN LA FRANJA DE GAZA.
LA CRUDA OBJETIVIDAD PERIODÍSTICA DE RODOLFO WALSH, NOS HACE REFLEXIONAR UNA VEZ MÁS, EN DOCUMENTOS PERIODÍSTICOS QUE NO PIERDEN VIGENCIA.
ESTA BRILLANTE SERIE DE NOTAS FUERON PUBLICADAS POR EL DIARIO LA OPINIÓN EN EL MES DE JUNIO DE 1974, AQUÍ VA LA PRIMERA ENTREGA:

La Revolución Palestina

Rodolfo Walsh, enviado de Noticias, estaba en Beirut el 15 de mayo cuando un comando palestino golpeó en Maalot. Caminó al día siguiente entre las ruinas de las aldeas libanesas bombardeadas por la aviación israelí. Entrevistó a los principales dirigentes de la Resistencia Palestina; antes había pulsado el sentimiento dominante en El Cairo, Damasco, Argel. En su opinión, los acuerdos tramitados por Kissinger no sellarán la paz en Medio Oriente. La explicación está en el pueblo palestino expulsado de su tierra y en la marea revolucionaria que sacude a ese pueblo. Esa Revolución es el tema de la serie que empieza a publicar Noticias.

TRES MILLONES DE PALESTINOS DESPOJADOS DE SU PATRIA CUESTIONAN TODO ARREGLO DE PAZ EN MEDIO ORIENTE

- ¿Cómo te llamás?
- Zaki.
- ¿Qué edad tenés?
- Siete.
- ¿Vive tu padre?
- Murió.
- ¿Qué era tu padre?
- Fedaí.
- ¿Qué vas a ser cuando seas grande?
- Fedaí.

El chico rubio de cabeza rapada y uniforme a rayas que da estas respuestas en una escuela de huérfanos al sur de Beirut, Líbano, resume la mejor alternativa, que tras 26 años de frustración resta a tres millones de palestinos despojados de su patria: convertirse en fedayines, combatientes de la Revolución Palestina.

"¿Palestinos? No sé lo que es eso", declaró en una oportunidad la ex primer ministro de Israel, Golda Meir. Se conoce la eficacia ilusoria del argumento, utilizado en Argelia, Vietnam, colonias portuguesas, para negar la existencia de sus movimientos de liberación. Muyaidín? Connait pas. Libération Front? Never heard of it. FRELIMO? Nao conhece. El enemigo no existe y todo está en orden. Cada una de estas negativas ha hecho correr un río de sangre pero no ha detenido la historia.

Desde hace un cuarto de siglo la política oficial del Estado de Israel consiste en simular que los palestinos son jordanos, egipcios, sirios o libaneses que se han vuelto locos y dicen que son palestinos, pero además pretenden volver a las tierras de las que se fueron "voluntariamente" en 1948, o que les fueron quitadas no tan voluntariamente en las guerras de 1956 y 1967. Como no pueden, se vuelcan al terrorismo. Son en definitiva "terroristas árabes".

Es inútil que en el Medio Oriente estos argumentos hayan sido desmantelados, reducidos a su última inconsecuencia. Israel es Occidente y en Occidente la mentira circula como verdad hasta el día en que se vuelve militarmente insostenible.

La hoja 1974 de esta historia no ha sido todavía doblada y ya tiene varios renglones sangrientos: Keriat Shmonet, Kfair, Maalot, Nabatyé. Es difícil entenderla si se ignoran las hojas 1967, 1948, 1917, y aún las anteriores, incluso las que se salen de la historia y se hunden en la literatura religiosa.

EN EL PRINCIPIO FUE…

Primero –dicen– fueron los caanitas y después fueron los hebreos. Faltaban mil años para que naciera Cristo cuando Saúl fundó su reino, que después se partió en dos. Hace casi 2700 años el reino de Israel fue abatido por los asirios. Hace 2560 años el reino de Judá fue liquidado por los babilonios, y en el año 70 de nuestra era los romanos arrasaron Jerusalén. Estos son los precedentes históricos del Estado de Israel, sus títulos de propiedad sobre Palestina.

El Sha de Irán podría alegar títulos análogos fundado en la invasión persa del siglo VI antes de Cristo, la Junta Militar griega podría recordar que Alejandro ocupó Palestina el año 331, Paulo VI acordarse de que en el año 1099 los cruzados católicos fundaron el reino de Jerusalén. Los propios historiadores árabes han señalado burlonamente que los caanitas que ocuparon Palestina antes que los hebreos, venían de la península arábiga y eran, en consecuencia, "árabes".

Con la destrucción de Jerusalén –dicen– empezó la diáspora judía, la dispersión. Desde entonces, según la leyenda moderna, el judío anduvo errante por el mundo esperando el momento de volver a Palestina. ¿Cuántos volvieron realmente? Historiadores ingleses afirman que en el siglo XVI vivían en Palestina menos de 4.000 judíos, en el siglo XVIII, 5.000, y a mediados del siglo pasado, 10.000. Es recién a fines de ese siglo cuando algunos judíos empiezan a plantearse el retorno masivo, y cuando ese retorno asume una forma política y una ideología: el sionismo. ¿Por qué?

UN FRUTO TARDIO DEL CAPITALISMO

Una respuesta posible a esa pregunta surgió del campo de concentración nazi de Auschwitz. La escribió en 1944, su último año de vida, un judío marxista de 26 años, Abraham León: "El sionismo, que pretende extraer su origen de un pasado dos veces milenario, es en realidad el producto de la última fase del capitalismo"

En esa fase todos los nacionalismos europeos han construido sus estados y no necesitan ya de la burguesía judía que ayudó a construirlos, pero que ahora es un competidor molesto para el capitalismo nativo. "Repentinamente" surge en esos países el chovinismo antisemita, y se convierten en extranjeros indeseables judíos integrados durante siglos a la vida de los mismos, que, como dice León, "tenían tan poco interés en volver a Palestina como el millonario norteamericano de hoy".

Las persecuciones del siglo XIX afectan más a la clase media judía que a la clase alta, cuyos representantes notorios iban a lograr una nueva integración a nivel del capital financiero internacional.

Aquellos judíos europeos perseguidos que descubrieron en el capitalismo la verdadera causa de sus males, se integraron en los movimientos revolucionarios de sus países reales. El sionismo evidentemente no lo hizo y se configuró como ideología de la pequeña burguesía, alentada sin embargo por aquellos banqueros que –como los Rotschild– veían venir la ola y querían que sus "hermanos" se fueran lo más lejos posible. A fines del siglo pasado esa ideología encontró su profeta en un periodista de Budapest, Teodoro Herzl, su programa en las resoluciones del Congreso de Basilea de 1897 y su herramienta en la Organización Mundial Sionista.

El retorno a Palestina tropezaba sin embargo con el inconveniente de que el país estaba ocupado por una población –500.000 habitantes– que desde la conquista islámica del siglo VII era árabe.

Los fundadores del sionismo negaron el problema. En 1898 Herzl hizo un viaje a Palestina y preparó un informe donde la palabra árabe no figuraba. Palestina era una tierra sin pueblo donde debía ir el pueblo sin tierra. El palestino se convirtió en "el hombre invisible" del Medio Oriente. Algunos alcanzaron sin embargo a descubrirlo. El escritor francés Max Nordau vio un día a Herzl y le dijo asombrado: "Pero en Palestina hay árabes" y agregó: "Vamos a cometer una injusticia".

EN MEDIO SIGLO EL SIONISMO REEMPLAZÓ LA POBLACIÓN ÁRABE DE PALESTINA POR INMIGRANTES EUROPEOS

"Palestina es mi país" dice Ihsan. "Nunca estuve en Palestina", dice, "pero algún día volveré porque nuestros comandos están peleando para que volvamos".

"Mi padre murió en Abar el Djelili", dice Naifa. "La muerte de mi padre no me duele, porque murió por nosotros".

"Mi padre se llamaba Salah", dice Randa. "Estaba peleando y murió".

Ninguno de los 480 huérfanos de la escuela de Suq el Garb, al sur de Beirut, había visto Palestina si no era a través de los ojos del padre muerto.

En el aula las muchachas se levantaron para saludar al visitante que venía de tan lejos. En el pizarrón había una inscripción en árabe. Pregunté qué decía. Decía: "Historia Palestina".

La idea del Estado Judío surgió a fines del siglo pasado, como el último proyecto de un estado europeo cuando ya no existía en Europa lugar para un nuevo estado.

Ese estado debía en consecuencia instalarse fuera de Europa y el lugar elegido resultó Oriente. La contradicción fue "resuelta" a través de la ideología –el sionismo– y la ideología se alimentó en el mito bíblico y en la simulación de que Palestina estaba deshabitada.

Históricamente, estas construcciones mentales producen víctimas. En 1900 había en Palestina 500.000 árabes y 30.000 judíos. Si en 1974 hay tres millones de israelíes y 350.000 árabes, no hace falta preguntarse dónde están las víctimas: están afuera de Palestina, expulsadas de su patria.

Conviene recordar –porque es la cuestión de fondo– cómo se produce ese trasvasamiento sin precedentes en que la población de un país es reemplazada por otra.

Los primeros inmigrantes no provocaron la desconfianza de los árabes. En 1883 los habitantes de Sarafand recibieron a los colonos que llagaban con estas palabras. "Desde tiempo inmemorial somos hermanos de nuestros vecinos, los hijos de Israel, y viviremos con ellos como hermanos". Ocho años después sin embargo los notables de Jerusalén pidieron al imperio otomano, que gobernaba Palestina, que prohibiera la inmigración judía, y en 1898 los árabes de Transjordania expulsaron violentamente una colonia judía.

A pesar de las prohibiciones oficiales la inmigración continuó, aprovechando la corrupción de funcionarios turcos y de terratenientes árabes ausentistas que vendían sus tierras. En 1907 se estableció el primer kibutz, granja colectiva que desde el principio excluyó al trabajador árabe.

Cuando en 1914 los turcos hicieron su primer y último censo, resultó que había en Palestina 690.000 habitantes, de los que 60.000 eran judíos. Ese año la guerra mundial dio al sionismo su gran oportunidad.

domingo, 2 de noviembre de 2008

La economía la maneja el Estado al servicio del Pueblo o la maneja el Mercado a su propio provecho y en perjuicio del Pueblo
Juan Perón

A.F.J.P. Y LA VUELTA DEL DISCURSO ANTI-ESTADO

Por César Pucheta (*)


Las primeras dos privatizaciones del periodo menemista fueron el Canal 11 y el Canal 13. El primero fue adquirido por Televisión Federal (TELEFE) que hoy es parte del paquete de empresas del Grupo Telefónica de España. El segundo quedó en manos de la empresa Artear, hoy parte del Grupo Clarín. Al día siguiente, la tapa del matutino con mayor circulación del país, Clarín, festejaba tapa mientras vaticinaba el proceso que con el ministro Dromi a la cabeza se gestaba en la Argentina de los 90´s. “Primera privatización” fue el título aquella mañana en donde el plan comenzaba a materializarse.


No fue casualidad, claro está, el discurso que comenzó a homogeneizarse en la sociedad daba cuenta de un Estado ineficiente, un Estado corrupto, enfermo, incapaz de administrar nada. Tras esa construcción de imaginario se colaron las privatizaciones.

Nada de lo que deba ser público, permanecerá en manos del Estado”


La frase, increíblemente, fue pronunciada en un acto oficial. El ministro de Obras y Servicios Público, Roberto Dromi justificaba la entrega de los bienes nacionales con la misma impudicia por la que los medios no parecían percatarse de nada. El plan privatista le sirvió al menemismo para despojarse de un puñado de las empresas más importantes de la historia del país (YPF, Ferrocarriles Argentinos, Aerolíneas Argentinas, etc.) pero también funcionó a la perfección para desmantelar el aparato estatal y desplazar al Estado de sus funciones centrales. Un caso ejemplo, hoy tiene tinte de polémica: los jubilados.


El desembarco de las AFJP representó la huída masiva de los trabajadores al sistema de previsión privada que venía de la mano de las privatizaciones masivas. El panorama diario en aquellos primeros 90´s mostraba a un puñado de empresas que prometían un paquete de beneficios seductor instaladas no sólo en todos los medios sino también en el espacio público.


El traspaso del sistema estatal al privado era firmado en las plazas, a la salida de las fábricas, en los supermercados. El trabajador decidía su futuro seducido (en parte por las promesas de las empresas y en parte por las bellas promotoras ubicadas estratégicamente para conseguir la firma que certificaba el traspaso) basándose en una ideología que se imponía desde el sector de los medios concentrados y desde el poder político. Así comenzó todo. El dinero que los trabajadores aportaban era tomado por las empresas que apostaban a invertirlo en la compra de bonos y acciones y en la adquisición de oros bienes y empresas. Una vez en la “timba financiera”, los nuevos dueños del futuro de los jubilados argentinos apostaban a recuperar lo aportado por los trabajadores y, así, hacer frente a sus compromisos y obtener ventajas económicas. Como suele suceder a menudo, la mano invisible del mercado no funcionó como era esperado y el futuro de los argentinos se hipotecaba día a día. Las AFJP comenzaron a mostrar sus limitaciones y el poder político de turno acudía a su rescate con mecanismos que, por debajo de la mesa, no hacían más que empeorar la situación a base de parches ineficientes.


El anuncio del fin de las AFJP llegó a la escena pública como todas las políticas del kirchnerismo (en sus dos períodos): un baldazo sorpresivo que en muchos casos tiene más olor a manotazo de ahogado que a proyecto política claro. Pasó con las retenciones móviles, pasó con la estatización de Aerolíneas, pasa con la Ley de Radiodifusión y ahora sucede con las jubilaciones. Esa pésima política comunicacional da lugar a discusiones que dejan de lado lo profundo del tema para dar paso a discusiones banales y a la repetición de sinsentidos que empobrecen todos los análisis que fondo necesita la Argentina actual.


Los discursos del mercado aparecen como los únicos tolerables y el papel del Estado se desconoce, se subestima, se deslegitima cada vez con mayor faciliad. De esto también tiene la culpa la clase política que, lejos de renovarse, se enquista cada vez más fuerte en el poder político actual. Pero un papel clave lo tienen os medios concentrados. El modo en que el mecanismo funciona fue claramente explicitado por los mas de 750 intelectuales nucleados en el espacio Carta Abierta en su segunda producción aparecida el 4 de Junio de este año: “los grandes medios dicen darle espacio a todas las voces (a todas las voces que invitan, claro), y por carácter transitivo aparecen como depositarios de la soberanía.


Desde tan inmaculado lugar, juzgan a gobiernos, a parlamentos, a jueces, absorben la sabiduría de los expertos y las emociones de los sufrientes, diseñan los sueños de la audiencia sin pretensiones para luego acompañarla y premiarla, denuncian delitos, testimonian crímenes, editorializan sobre cualquier sector, compran o fabrican prestigios para más tarde re-venderlos, mientras recurren a los golpes fáciles y a la repetición infinita de sí mismos para lidiar en el mercado del rating y concluir que, a ellos, “la gente los elige todos los días” en una suerte de comicios “más directos” que aquellos donde concurren cada dos años las fuerzas partidarias y la ciudadanía.”


Desde esa soberbia mediática el discurso de los medios se impone socialmente y así genera el mapa que más les conviene para garantizar el logro de sus objetivos. Hoy, es al menos peligroso para los medios dar lugar a un mensaje que ponga en discusión la posibilidad del Estado de hacer frente a sus obligaciones por medio de políticas que tiendan a recuperar todo aquello que fue tristemente cedido durante los últimos 20 años.


No sólo porque dar lugar a este tipo de discusiones puede sentar un antecedente peligroso para sus intereses en un marco en que el Estado parece intentar modificar la Ley de Radiodifusión dictatorial y aún vigente desde 1980 sino, además, porque por el propio funcionamiento actual del mercado las empresas que tienen inversiones en los paquetes mediáticos son, en muchos casos, los mismos que tienen algún tipo de acción financiera jugando en el mercado de las AFJP.


Es entonces, en este marco en que la discusión acerca de la decisión del gobierno nacional de nacionalizar las jubilaciones se debate en la escena pública.


A los gobiernos de turno se les suele pedir de manera permanente una actitud que dé respuestas a las problemática más básicas de la vida social. Los reclamos son, lamentablemente, moneda corriente en nuestro país. Y digo lamentablemente porque la gran mayoría de esos reclamos son justos, responden a causas nobles, representan en realidad una escena problemática que necesita ser revisada de manera permanente. Pero esos reclamos, lejos de ser una exigencia hacia los grupos gobernantes del momento, deben ser canalizados por políticas estatales, no gubernamentales. O sea, las políticas deben tender a exceder a quién se encuentre en ese momento ejerciendo el cargo público.


¿Está mal que el Estado se haga cargo de la educación? ¿Está mal que el Estado se ocupe de la promoción social para las clases con menos recursos? ¿Está mal que Estado se haga cargo de la salud? La respuestas seguramente será negativa. Entonces, ¿cuál sería el problema de que el Estado se haga cargo de la previsión social, del futuro de los jubilados? Sobradas razones tienen de desconfiar de la actual gestión los ciudadanos que ven día a día cómo aumentan los precios y como los sectores partidarios de la política siguen reproduciéndose en los marcos institucionales, pero la medida excede al matrimonio presidencial, trasciende al gobierno de Cristina Fernández y a todos los que le seguirán.


La apuesta es por la vuelta del Estado a la administración y regulación de la vida de los jubilados de la Argentina. La defensa de los capitales privados que se han enriquecido durante los últimos años a base de malversación de fondos que no les pertenecían ya no tiene cabida en un camino que debe apuntar a un mejoramiento de las condiciones en el transitar de la nación. Seguramente, hay que afinar mecanismos, hay que garantizar un ANSES transparente, es necesario avanzar en los mecanismos de control sobre los fondos públicos, se hace imperante pensar la necesidad de arbitrar las medidas para que el Estado vuelva a ser confiable y que el discurso privatista se caiga por su propia fuerza ante una administración pública que recupere su eficiencia a base de hechos concretos.


(*) Periodista de Radio Revés. Presidente del C.E.C.I.

viernes, 17 de octubre de 2008

A 63 AÑOS DEL 17 DE OCTUBRE "DÍA DE LA LEALTAD"

Las patas en la fuente, famosa foto del 17 de octubre de 1945

"Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas vaharadas, mientras las multitudes iban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los Talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones de acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas... Hermanados en el mismo grito y en la misma fe, iban el peón de tambo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la nación que asomaba"

RAÚL SCALABRINI ORTIZ
.............................................................................
Editorial del ERP 17/10

El Revés de la Política en viernes 17 de octubre. Fecha significativa como pocas en la historia política Argentina. Hace 65 años un líder militar, un coronel, que trabajaba como ministro de trabajo y previsión era arrestado por su compañeros de armas, el presidente Farrell, que a su vez había llegado al poder mediante un golpe del G.O.U, que eran militares nacionalistas, de esta forma empezaba a terminarse la denominada “década infame”. En este gobierno este coronel que ya no era joven, ya contaba con 50 pirulos! realizó un trabajo excepcional desde su puesto.

Así como Hipólito Irigoyen había reconocido a las clases medias como protagonistas de los destinos de la patria en la décadas del 10 y el 20. Este milico, que era ministro de trabajo completaba un ciclo en las conquistas de las mayorías populares. Los trabajadores empezaban a tener derechos, los trabajadores empezaban a ser dignos, lo trabajadores empezaban a tener gremios legales, los trabajadores se convertían en protagonistas y actores políticos reconocidos.

Las coyunturas internacionales marcaban un destino incierto, siempre lo es no? Un mundo en crisis, las grandes guerras y las entreguerras. Y definiciones a tomar en cada país, con el Eje, con los Aliados o porque no? Neutrales! Muchas discusiones en el gobierno gobierno del general Farrell. Mientras tanto, otra preocupación aparecía entre esos militares:

-¡Hay uno que se cortó solo!
-El Coronel Perón anda hablando por ahí y haciendo boludeces:
¡Que los trabajadores y cabecitas tienen derecho a reclamar y ser escuchados!
-¿Pero, qué cosas son esas?
¡Saquenló ya de ahí, lo hacen renunciar y me lo arrestan ya!

Horas después en esa misma tarde del 17 de octubre, más de un millón trabajadores, más de un millón de argentinos. Gritaron de durante horas: Perón, Perón!! Pedían la liberación del líder que nacía.

En ese momento empezaba a cambiar la Historia Argentina...
.....................................................................................
El Revés de la Política. Otra frecuencia, Otra mirada...

lunes, 13 de octubre de 2008

CASULLO, ADIOS A UN GRANDE!

Nicolás Casullo falleció el jueves 9 de octubre a los sesenta y cuatro años, víctima de un cáncer. Los libros van a recordar al intelectual comprometido que se centró en temas como la memoria, el peronismo, la escritura y la crítica cultural. Pero hay otra dimensión igualmente intensa por la que el investigador, docente y escritor merece quedar para la posteridad: la lucidez con la que encaraba sus intervenciones políticas, y la calidad de sus clases en la universidad pública –donde aunaba erudición y giros callejeros– permanecerán en el recuerdo de los miles de estudiantes y activistas que gracias a él se asomaron por primera vez al pensamiento crítico.
NICOLAS
Por Luis Bruschtein
Nicolás veía la cultura como una fragua desde la que se podía pensar y sembrar semillas de nuevos mundos. Y se instaló con naturalidad en medio de esa especie de usina fantástica como generador, formador, disparador y discutidor, con pasión y con sustancia. Desde el periodismo, desde sus cátedras, en la mesa del café, en la militancia, en sus novelas. Se asumía en ese mundo con el espíritu aventurero de un explorador de tierras vírgenes. Desde su juventud en el Fatrac de los ’60, en la Jotapé de los ’70, en el exilio en México y con la democracia de vuelta en la Argentina hasta el surgimiento reciente de Carta Abierta, promovió debates, publicaciones, solicitadas y todo tipo de trapisondas (una palabra muy suya). Desde PáginaI12 proyectamos con él una maestría en comunicación, un suplemento semanal y fuimos incorporando muchas de sus ideas. Desde la solidez de su propia producción era un gran activista de la cultura, una especie invalorable y en extinción. Pero además era un ser humano de gran calidez y sentido del humor, un buen amigo y buen compañero. Cuando se disipe el dolor, empezaremos a extrañarlo.

sábado, 11 de octubre de 2008

Octubre 8

Carta del General Perón por la Muerte del Che
Carta de Juan Domingo Perón

Compañeros: con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable perdida para la causa de los pueblos que luchan por su liberación. Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con todos aquellos que en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera, luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación.

Nos sentimos hermanados con todos los que con valentía y decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo, que con la complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas por militares títeres del pentágono mantienen a los pueblos oprimidos.

Hoy ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura joven mas extraordinaria que ha dado la revolución en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara.Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazo, le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir.

He leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del Peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿que edad tenía entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que derrocó al gobierno popular de Hipólito Irigoyen. Yo también en ese momento fui utilizado por la oligarquía.
Lo importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos. ¡Vaya si el Che los enmendó! En 1954, cuando en Guatemala lucha en defensa del gobierno de Jacobo Arbenz ante la prepotente intervención armada de los yanquis, yo personalmente di instrucciones a al chancillería para que le solucionaran la difícil situación que se le planteaba a ese valiente joven argentino; y fue así como salió hacia México.

Su vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América Latina.

No faltaran quienes pretendan empalidecer su figura. El imperialismo temeroso del enorme prestigio que ya había ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades de nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de que el Partido Comunista Argentino, solapadamente, esta en campaña de desprestigio. No nos debe sorprender ya que siempre se ha caracterizado por marchar a contramano del proceso histórico nacional. Siempre ha estado en contra de los movimientos nacionales y populares. De eso podemos dar fe los peronistas.

La hora de los pueblos ha llegado y las revoluciones nacionales en Latinoamérica son un hecho irreversible. El actual equilibrio será roto porque es infantil pensar que se pueden superar sin revolución las resistencias de las oligarquía y de lo monopolios inversionistas del imperialismo.

Las revoluciones socialistas se tiene que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello que ella tenga. Por eso y para eso, deben conectarse entre si todos los movimientos nacionales, en la misma forma en que son solidarios entre si los usufructuarios del privilegio.

La mayoría de los gobiernos de América latina no van a resolverlos problemas nacionales sencillamente porque no responden a los intereses nacionales. Ante esto, no creo que las expresiones revolucionarias verbales basten. Es necesario entrar a la acción revolucionaria, con base organizativa, con un programa estratégico y tácticas que hagan viable la concreción de la revolución. Y esta tarea, la deben llevar adelante quienes se sientan capaces. La lucha será dura, pero el triunfo definitivo será de los pueblos. Ellos tendrán la fuerza material circunstancialmente superior a la nuestra; pero nosotros contamos con la extraordinaria fuerza moral que nos da la convicción en la justicia de la causa que abrazamos y la razón histórica que nos asiste.

El Peronismo, consecuente con su tradición y con su lucha, como Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en acción empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamérica.

Juan Domingo Perón - 24 OCTUBRE 1967

viernes, 6 de junio de 2008

Feliz Día del Periodista!!













Calle de la Amargura número 303
Por Rodolfo Walsh

Estoy leyendo en la gran revista Time el vivido, colorido, casi entusiasta relato del exterminio de los invasores de Haití. Pienso qué bueno seria poder escribir así, con tal precisión de adjetivos. Y tal vez para ejercitarme, para asimilar algo de esa maestría, vuelvo a mis viejos tiempos de traductor:

"La semana pasada una de las compañías tácticas de Duvalier se acercó sigilosamente a la fuerza invasora de 30 hombres que, procedente de Cuba, había desembarcado quince días antes.
Hartos, ahítos, atragantados (la revista usa una sola palabra, gorged, pero a mí, que soy mal traductor, me hacen falta tres para conferirle su sentido integro), atragantados con un festín de cabrito asado que se dieron, la mayoría de los invasores murió sobre el terreno bajo el fuego fulminante de los fusiles automáticos".
Aquí me detengo y pienso si será la pobreza del idioma castellano, que no tiene palabras como gorged (que en seis letras insinúa tantas cosas como glotonería, avidez y general saciedad) lo que nos impide escribir tan bien, pero tan bien, como la revista Time.
Mientras me prometo estudiar el sistema, aparece un hombre bajito, canoso, que habla tristemente y habla demasiado, porque la verdad es que todos hablan demasiado hoy, con este calor, y para colmo tengo que escribir sobre alguien que no conocí y que (venia pensando), probablemente no era nadie, pero es alguien porque se murió. Se llamaba Jean Pasel, y por qué me tocarán estas cosas a mí.
Pero el hombre canoso, bajito, abre una bolsa de cartón, mientras habla, y de la bolsa saca una camisa celeste con los puños ligeramente sucios, y un saco liviano a cuadros, que maneja con temor en la punta de los dedos. La etiqueta de la camisa dice: "Raitor, Corrientes 572".
Entonces lo miro y dice:
– Son cosas de Jean.
Debajo de la camisa y del saco hay dos grandes carpetas llenas de papeles. El primero que viene a mis manos es uno que dice:
Jean Pasel
Calle de la Amargura 303
Jean Pasel debía noventa dólares en el hotel Nueva Isla de La Habana, y otros cincuenta y ocho en el hotel Nueva Luz, de la calle Amargura. En el primero tienen su ropa de invierno, que debió dejar en prenda, y en el segundo el resto de su equipaje.
Estoy preguntándome si conviene divulgar estos detalles, pero después pienso que no tengo por qué mentir. No tengo por qué decir que Jean Pasel era un extraordinario periodista o que había llegado a la cima del triunfo. La verdad es que estaba completamente tirado y eligió irse a morir a una isla de fiebres y de negros, donde se lo comen los buitres. De todas maneras uno de sus papales, publicado en algún diario del Caribe, dice entre otras cosas de un tremendo candor: "Creo en el periodismo, profesión noble que practicada con altruismo permite devolver a la sociedad una parte de lo que de ella recibimos". Si él creía en eso, tal vez no esté arrepentido de su destino.
Una foto suya que viene en otro sobre me asegura de Jean Pasel era demasiado flaco, demasiado esquelético y flaco, para atosigarse con el cabrito de Time. Tenía una linda cara, algo triste y envejecida, de porteño que ya está de vuelta de todo.
Después sale del paquete un banderín con la imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Y la foto de una muchacha, y esa colección de recortes de diarios, cartas, artículos y proyectos de artículos de la cual un periodista no se separa aunque haya tenido que separarse hasta de la ropa. Entre las cartas hay tres de Arturo Frondizi, fechadas en octubre de 1955, junio de 1957, noviembre de 1957. Son mensajes de circunstancia, escuetos, acusando recibo de algunas colaboraciones periodísticas cuyos recortes Jean Pasel hizo llegar al entonces candidato.
"Le agradezco sus conceptos sobre Petróleo y Política –dice la de noviembre de 1957– y me complace pensar que he colaborado en la medida de mis fuerzas al mejoramiento de la realidad económica latinoamericana...".
Otros papeles van dando idea de la infortunada trayectoria de Jean Pasel en los últimos años. Se ve que había llegado a la etapa en que recorría las redacciones con la lista mecanografiada de sus antecedentes periodísticos. Que los tenia, y muy honrosos, aunque en ultima instancia no le hayan servido de nada, como suele suceder en este oficio.
En Argentina debió sufrir la estúpida persecución de infligió el peronismo a los periodistas que se le oponían. A partir de 1946 fue director del diario Bragado en el pueblo del mismo nombre, donde había nacido. En 1949 se lo clausuraron. Fundó entonces otro periódico que se llamaba Por Todos. También se lo clausuraron en 1951.
Juan Carlos Chidichimo Poso (que tal era su verdadero nombre) se desacató y lo condenaron a cinco años de prisión. Pudo exiliarse en Montevideo, donde trabajó en las radios Ariel y El Espectador y en los diarios Acción y La Calle. Pasó al Brasil, a la fogosa Tribuna de Imprensa que dirige Carlos Lacerda.
De allí fue a Venezuela. La dictadura de Pérez Jiménez lo expulsó a Colombia, donde también se vio sometido a penurias y persecuciones. Refugiado en Panamá, le retuvieron el pasaporte hasta que periodistas panameños intercedieron por él.
A Cuba vino Jean Pasel a respirar un aire más libre. Consiguió un trabajo en televisión, dio conferencias en La Habana y en Cienfuegos. Algunos diarios cubanos le hicieron reportajes y le abrieron sus páginas. Todo eso no bastaba para vivir en una de las ciudades más caras de América.
Además es probable que Jean Pasel trajese el ánimo trabajado por la desventura. Hombre apasionado por Latinoamérica, en su larga peregrinación por ella no había visto más que dolor y miseria. De ahí tal vez lo que dice uno de sus papeles que tengo a la vista, quizás un artículo que tenia en proyecto: "Buscarle sentido a la vida no sólo es inútil, es injusto y casi indecente". Otras expresiones suyas, que estamos hojeando al azar, tienen un tono semejante.
Sin embargo, en sus últimos días volvió a presentársele al gran espejismo de cualquier periodista de raza, el reportaje que en un sólo día hace circular un nombre por todos los rincones del continente, el articulo en cuyo honor vibran los teletipos. Se enteró, quien sabe como, de que una aventurera expedición zarpaba rumbo a Haití. Sin más que lo puesto, el pantalón y la blusa que escaparon a los hoteleros, se embarcó.
Antes de irse estuvo en esta redacción, según me cuentan. Iba a mandarnos un gran reportaje de algo muy importante, que ni siquiera quiso decir.
La aventurera expedición estuvo condenada antes de zarpar.
Internacionalmente comprometió a Cuba, quien fue su punto de partida aunque nada tenía que ver, a tal extremo que Fidel Castro se vio obligado a censurarla antes que nadie, apenas se enteró.
Después vino el aniquilamiento, aprovechando el "hartazgo" producido por el festín de cabrito, según la histórica frase de Time.
Nada de lo que se dijo puede alcanzar a Jean Pasel. Como periodista, su deber era estar donde estaba la noticia. Y estuvo.
Aunque no nos mandara el gran reportaje ni escribiera tan bien, pero tan bien como la revista Time.