miércoles, 31 de diciembre de 2008
ACTUALIDAD E HISTORIA DE MUERTE PALESTINA
LA CRUDA OBJETIVIDAD PERIODÍSTICA DE RODOLFO WALSH, NOS HACE REFLEXIONAR UNA VEZ MÁS, EN DOCUMENTOS PERIODÍSTICOS QUE NO PIERDEN VIGENCIA.
ESTA BRILLANTE SERIE DE NOTAS FUERON PUBLICADAS POR EL DIARIO LA OPINIÓN EN EL MES DE JUNIO DE 1974, AQUÍ VA LA PRIMERA ENTREGA:
La Revolución Palestina
Rodolfo Walsh, enviado de Noticias, estaba en Beirut el 15 de mayo cuando un comando palestino golpeó en Maalot. Caminó al día siguiente entre las ruinas de las aldeas libanesas bombardeadas por la aviación israelí. Entrevistó a los principales dirigentes de la Resistencia Palestina; antes había pulsado el sentimiento dominante en El Cairo, Damasco, Argel. En su opinión, los acuerdos tramitados por Kissinger no sellarán la paz en Medio Oriente. La explicación está en el pueblo palestino expulsado de su tierra y en la marea revolucionaria que sacude a ese pueblo. Esa Revolución es el tema de la serie que empieza a publicar Noticias.
TRES MILLONES DE PALESTINOS DESPOJADOS DE SU PATRIA CUESTIONAN TODO ARREGLO DE PAZ EN MEDIO ORIENTE
- ¿Cómo te llamás?
- Zaki.
- ¿Qué edad tenés?
- Siete.
- ¿Vive tu padre?
- Murió.
- ¿Qué era tu padre?
- Fedaí.
- ¿Qué vas a ser cuando seas grande?
- Fedaí.
El chico rubio de cabeza rapada y uniforme a rayas que da estas respuestas en una escuela de huérfanos al sur de Beirut, Líbano, resume la mejor alternativa, que tras 26 años de frustración resta a tres millones de palestinos despojados de su patria: convertirse en fedayines, combatientes de la Revolución Palestina.
"¿Palestinos? No sé lo que es eso", declaró en una oportunidad la ex primer ministro de Israel, Golda Meir. Se conoce la eficacia ilusoria del argumento, utilizado en Argelia, Vietnam, colonias portuguesas, para negar la existencia de sus movimientos de liberación. Muyaidín? Connait pas. Libération Front? Never heard of it. FRELIMO? Nao conhece. El enemigo no existe y todo está en orden. Cada una de estas negativas ha hecho correr un río de sangre pero no ha detenido la historia.
Desde hace un cuarto de siglo la política oficial del Estado de Israel consiste en simular que los palestinos son jordanos, egipcios, sirios o libaneses que se han vuelto locos y dicen que son palestinos, pero además pretenden volver a las tierras de las que se fueron "voluntariamente" en 1948, o que les fueron quitadas no tan voluntariamente en las guerras de 1956 y 1967. Como no pueden, se vuelcan al terrorismo. Son en definitiva "terroristas árabes".
Es inútil que en el Medio Oriente estos argumentos hayan sido desmantelados, reducidos a su última inconsecuencia. Israel es Occidente y en Occidente la mentira circula como verdad hasta el día en que se vuelve militarmente insostenible.
La hoja 1974 de esta historia no ha sido todavía doblada y ya tiene varios renglones sangrientos: Keriat Shmonet, Kfair, Maalot, Nabatyé. Es difícil entenderla si se ignoran las hojas 1967, 1948, 1917, y aún las anteriores, incluso las que se salen de la historia y se hunden en la literatura religiosa.
EN EL PRINCIPIO FUE…
Primero –dicen– fueron los caanitas y después fueron los hebreos. Faltaban mil años para que naciera Cristo cuando Saúl fundó su reino, que después se partió en dos. Hace casi 2700 años el reino de Israel fue abatido por los asirios. Hace 2560 años el reino de Judá fue liquidado por los babilonios, y en el año 70 de nuestra era los romanos arrasaron Jerusalén. Estos son los precedentes históricos del Estado de Israel, sus títulos de propiedad sobre Palestina.
El Sha de Irán podría alegar títulos análogos fundado en la invasión persa del siglo VI antes de Cristo, la Junta Militar griega podría recordar que Alejandro ocupó Palestina el año 331, Paulo VI acordarse de que en el año 1099 los cruzados católicos fundaron el reino de Jerusalén. Los propios historiadores árabes han señalado burlonamente que los caanitas que ocuparon Palestina antes que los hebreos, venían de la península arábiga y eran, en consecuencia, "árabes".
Con la destrucción de Jerusalén –dicen– empezó la diáspora judía, la dispersión. Desde entonces, según la leyenda moderna, el judío anduvo errante por el mundo esperando el momento de volver a Palestina. ¿Cuántos volvieron realmente? Historiadores ingleses afirman que en el siglo XVI vivían en Palestina menos de 4.000 judíos, en el siglo XVIII, 5.000, y a mediados del siglo pasado, 10.000. Es recién a fines de ese siglo cuando algunos judíos empiezan a plantearse el retorno masivo, y cuando ese retorno asume una forma política y una ideología: el sionismo. ¿Por qué?
UN FRUTO TARDIO DEL CAPITALISMO
Una respuesta posible a esa pregunta surgió del campo de concentración nazi de Auschwitz. La escribió en 1944, su último año de vida, un judío marxista de 26 años, Abraham León: "El sionismo, que pretende extraer su origen de un pasado dos veces milenario, es en realidad el producto de la última fase del capitalismo"
En esa fase todos los nacionalismos europeos han construido sus estados y no necesitan ya de la burguesía judía que ayudó a construirlos, pero que ahora es un competidor molesto para el capitalismo nativo. "Repentinamente" surge en esos países el chovinismo antisemita, y se convierten en extranjeros indeseables judíos integrados durante siglos a la vida de los mismos, que, como dice León, "tenían tan poco interés en volver a Palestina como el millonario norteamericano de hoy".
Las persecuciones del siglo XIX afectan más a la clase media judía que a la clase alta, cuyos representantes notorios iban a lograr una nueva integración a nivel del capital financiero internacional.
Aquellos judíos europeos perseguidos que descubrieron en el capitalismo la verdadera causa de sus males, se integraron en los movimientos revolucionarios de sus países reales. El sionismo evidentemente no lo hizo y se configuró como ideología de la pequeña burguesía, alentada sin embargo por aquellos banqueros que –como los Rotschild– veían venir la ola y querían que sus "hermanos" se fueran lo más lejos posible. A fines del siglo pasado esa ideología encontró su profeta en un periodista de Budapest, Teodoro Herzl, su programa en las resoluciones del Congreso de Basilea de 1897 y su herramienta en la Organización Mundial Sionista.
El retorno a Palestina tropezaba sin embargo con el inconveniente de que el país estaba ocupado por una población –500.000 habitantes– que desde la conquista islámica del siglo VII era árabe.
Los fundadores del sionismo negaron el problema. En 1898 Herzl hizo un viaje a Palestina y preparó un informe donde la palabra árabe no figuraba. Palestina era una tierra sin pueblo donde debía ir el pueblo sin tierra. El palestino se convirtió en "el hombre invisible" del Medio Oriente. Algunos alcanzaron sin embargo a descubrirlo. El escritor francés Max Nordau vio un día a Herzl y le dijo asombrado: "Pero en Palestina hay árabes" y agregó: "Vamos a cometer una injusticia".
EN MEDIO SIGLO EL SIONISMO REEMPLAZÓ LA POBLACIÓN ÁRABE DE PALESTINA POR INMIGRANTES EUROPEOS
"Palestina es mi país" dice Ihsan. "Nunca estuve en Palestina", dice, "pero algún día volveré porque nuestros comandos están peleando para que volvamos".
"Mi padre murió en Abar el Djelili", dice Naifa. "La muerte de mi padre no me duele, porque murió por nosotros".
"Mi padre se llamaba Salah", dice Randa. "Estaba peleando y murió".
Ninguno de los 480 huérfanos de la escuela de Suq el Garb, al sur de Beirut, había visto Palestina si no era a través de los ojos del padre muerto.
En el aula las muchachas se levantaron para saludar al visitante que venía de tan lejos. En el pizarrón había una inscripción en árabe. Pregunté qué decía. Decía: "Historia Palestina".
La idea del Estado Judío surgió a fines del siglo pasado, como el último proyecto de un estado europeo cuando ya no existía en Europa lugar para un nuevo estado.
Ese estado debía en consecuencia instalarse fuera de Europa y el lugar elegido resultó Oriente. La contradicción fue "resuelta" a través de la ideología –el sionismo– y la ideología se alimentó en el mito bíblico y en la simulación de que Palestina estaba deshabitada.
Históricamente, estas construcciones mentales producen víctimas. En 1900 había en Palestina 500.000 árabes y 30.000 judíos. Si en 1974 hay tres millones de israelíes y 350.000 árabes, no hace falta preguntarse dónde están las víctimas: están afuera de Palestina, expulsadas de su patria.
Conviene recordar –porque es la cuestión de fondo– cómo se produce ese trasvasamiento sin precedentes en que la población de un país es reemplazada por otra.
Los primeros inmigrantes no provocaron la desconfianza de los árabes. En 1883 los habitantes de Sarafand recibieron a los colonos que llagaban con estas palabras. "Desde tiempo inmemorial somos hermanos de nuestros vecinos, los hijos de Israel, y viviremos con ellos como hermanos". Ocho años después sin embargo los notables de Jerusalén pidieron al imperio otomano, que gobernaba Palestina, que prohibiera la inmigración judía, y en 1898 los árabes de Transjordania expulsaron violentamente una colonia judía.
A pesar de las prohibiciones oficiales la inmigración continuó, aprovechando la corrupción de funcionarios turcos y de terratenientes árabes ausentistas que vendían sus tierras. En 1907 se estableció el primer kibutz, granja colectiva que desde el principio excluyó al trabajador árabe.
Cuando en 1914 los turcos hicieron su primer y último censo, resultó que había en Palestina 690.000 habitantes, de los que 60.000 eran judíos. Ese año la guerra mundial dio al sionismo su gran oportunidad.
domingo, 2 de noviembre de 2008
“La economía la maneja el Estado al servicio del Pueblo o la maneja el Mercado a su propio provecho y en perjuicio del Pueblo”
Juan Perón

A.F.J.P. Y LA VUELTA DEL DISCURSO ANTI-ESTADO
Por César Pucheta (*)
Las primeras dos privatizaciones del periodo menemista fueron el Canal 11 y el Canal 13. El primero fue adquirido por Televisión Federal (TELEFE) que hoy es parte del paquete de empresas del Grupo Telefónica de España. El segundo quedó en manos de la empresa Artear, hoy parte del Grupo Clarín. Al día siguiente, la tapa del matutino con mayor circulación del país, Clarín, festejaba tapa mientras vaticinaba el proceso que con el ministro Dromi a la cabeza se gestaba en la Argentina de los 90´s. “Primera privatización” fue el título aquella mañana en donde el plan comenzaba a materializarse.
No fue casualidad, claro está, el discurso que comenzó a homogeneizarse en la sociedad daba cuenta de un Estado ineficiente, un Estado corrupto, enfermo, incapaz de administrar nada. Tras esa construcción de imaginario se colaron las privatizaciones.
“Nada de lo que deba ser público, permanecerá en manos del Estado”
La frase, increíblemente, fue pronunciada en un acto oficial. El ministro de Obras y Servicios Público, Roberto Dromi justificaba la entrega de los bienes nacionales con la misma impudicia por la que los medios no parecían percatarse de nada. El plan privatista le sirvió al menemismo para despojarse de un puñado de las empresas más importantes de la historia del país (YPF, Ferrocarriles Argentinos, Aerolíneas Argentinas, etc.) pero también funcionó a la perfección para desmantelar el aparato estatal y desplazar al Estado de sus funciones centrales. Un caso ejemplo, hoy tiene tinte de polémica: los jubilados.
El desembarco de las AFJP representó la huída masiva de los trabajadores al sistema de previsión privada que venía de la mano de las privatizaciones masivas. El panorama diario en aquellos primeros 90´s mostraba a un puñado de empresas que prometían un paquete de beneficios seductor instaladas no sólo en todos los medios sino también en el espacio público.
El traspaso del sistema estatal al privado era firmado en las plazas, a la salida de las fábricas, en los supermercados. El trabajador decidía su futuro seducido (en parte por las promesas de las empresas y en parte por las bellas promotoras ubicadas estratégicamente para conseguir la firma que certificaba el traspaso) basándose en una ideología que se imponía desde el sector de los medios concentrados y desde el poder político. Así comenzó todo. El dinero que los trabajadores aportaban era tomado por las empresas que apostaban a invertirlo en la compra de bonos y acciones y en la adquisición de oros bienes y empresas. Una vez en la “timba financiera”, los nuevos dueños del futuro de los jubilados argentinos apostaban a recuperar lo aportado por los trabajadores y, así, hacer frente a sus compromisos y obtener ventajas económicas. Como suele suceder a menudo, la mano invisible del mercado no funcionó como era esperado y el futuro de los argentinos se hipotecaba día a día. Las AFJP comenzaron a mostrar sus limitaciones y el poder político de turno acudía a su rescate con mecanismos que, por debajo de la mesa, no hacían más que empeorar la situación a base de parches ineficientes.
El anuncio del fin de las AFJP llegó a la escena pública como todas las políticas del kirchnerismo (en sus dos períodos): un baldazo sorpresivo que en muchos casos tiene más olor a manotazo de ahogado que a proyecto política claro. Pasó con las retenciones móviles, pasó con la estatización de Aerolíneas, pasa con la Ley de Radiodifusión y ahora sucede con las jubilaciones. Esa pésima política comunicacional da lugar a discusiones que dejan de lado lo profundo del tema para dar paso a discusiones banales y a la repetición de sinsentidos que empobrecen todos los análisis que fondo necesita la Argentina actual.
Los discursos del mercado aparecen como los únicos tolerables y el papel del Estado se desconoce, se subestima, se deslegitima cada vez con mayor faciliad. De esto también tiene la culpa la clase política que, lejos de renovarse, se enquista cada vez más fuerte en el poder político actual. Pero un papel clave lo tienen os medios concentrados. El modo en que el mecanismo funciona fue claramente explicitado por los mas de 750 intelectuales nucleados en el espacio Carta Abierta en su segunda producción aparecida el 4 de Junio de este año: “los grandes medios dicen darle espacio a todas las voces (a todas las voces que invitan, claro), y por carácter transitivo aparecen como depositarios de la soberanía.
Desde tan inmaculado lugar, juzgan a gobiernos, a parlamentos, a jueces, absorben la sabiduría de los expertos y las emociones de los sufrientes, diseñan los sueños de la audiencia sin pretensiones para luego acompañarla y premiarla, denuncian delitos, testimonian crímenes, editorializan sobre cualquier sector, compran o fabrican prestigios para más tarde re-venderlos, mientras recurren a los golpes fáciles y a la repetición infinita de sí mismos para lidiar en el mercado del rating y concluir que, a ellos, “la gente los elige todos los días” en una suerte de comicios “más directos” que aquellos donde concurren cada dos años las fuerzas partidarias y la ciudadanía.”
Desde esa soberbia mediática el discurso de los medios se impone socialmente y así genera el mapa que más les conviene para garantizar el logro de sus objetivos. Hoy, es al menos peligroso para los medios dar lugar a un mensaje que ponga en discusión la posibilidad del Estado de hacer frente a sus obligaciones por medio de políticas que tiendan a recuperar todo aquello que fue tristemente cedido durante los últimos 20 años.
No sólo porque dar lugar a este tipo de discusiones puede sentar un antecedente peligroso para sus intereses en un marco en que el Estado parece intentar modificar la Ley de Radiodifusión dictatorial y aún vigente desde 1980 sino, además, porque por el propio funcionamiento actual del mercado las empresas que tienen inversiones en los paquetes mediáticos son, en muchos casos, los mismos que tienen algún tipo de acción financiera jugando en el mercado de las AFJP.
Es entonces, en este marco en que la discusión acerca de la decisión del gobierno nacional de nacionalizar las jubilaciones se debate en la escena pública.
A los gobiernos de turno se les suele pedir de manera permanente una actitud que dé respuestas a las problemática más básicas de la vida social. Los reclamos son, lamentablemente, moneda corriente en nuestro país. Y digo lamentablemente porque la gran mayoría de esos reclamos son justos, responden a causas nobles, representan en realidad una escena problemática que necesita ser revisada de manera permanente. Pero esos reclamos, lejos de ser una exigencia hacia los grupos gobernantes del momento, deben ser canalizados por políticas estatales, no gubernamentales. O sea, las políticas deben tender a exceder a quién se encuentre en ese momento ejerciendo el cargo público.
¿Está mal que el Estado se haga cargo de la educación? ¿Está mal que el Estado se ocupe de la promoción social para las clases con menos recursos? ¿Está mal que Estado se haga cargo de la salud? La respuestas seguramente será negativa. Entonces, ¿cuál sería el problema de que el Estado se haga cargo de la previsión social, del futuro de los jubilados? Sobradas razones tienen de desconfiar de la actual gestión los ciudadanos que ven día a día cómo aumentan los precios y como los sectores partidarios de la política siguen reproduciéndose en los marcos institucionales, pero la medida excede al matrimonio presidencial, trasciende al gobierno de Cristina Fernández y a todos los que le seguirán.
La apuesta es por la vuelta del Estado a la administración y regulación de la vida de los jubilados de la Argentina. La defensa de los capitales privados que se han enriquecido durante los últimos años a base de malversación de fondos que no les pertenecían ya no tiene cabida en un camino que debe apuntar a un mejoramiento de las condiciones en el transitar de la nación. Seguramente, hay que afinar mecanismos, hay que garantizar un ANSES transparente, es necesario avanzar en los mecanismos de control sobre los fondos públicos, se hace imperante pensar la necesidad de arbitrar las medidas para que el Estado vuelva a ser confiable y que el discurso privatista se caiga por su propia fuerza ante una administración pública que recupere su eficiencia a base de hechos concretos.
(*) Periodista de Radio Revés. Presidente del C.E.C.I.
viernes, 17 de octubre de 2008
A 63 AÑOS DEL 17 DE OCTUBRE "DÍA DE LA LEALTAD"
El Revés de la Política en viernes 17 de octubre. Fecha significativa como pocas en la historia política Argentina. Hace 65 años un líder militar, un coronel, que trabajaba como ministro de trabajo y previsión era arrestado por su compañeros de armas, el presidente Farrell, que a su vez había llegado al poder mediante un golpe del G.O.U, que eran militares nacionalistas, de esta forma empezaba a terminarse la denominada “década infame”. En este gobierno este coronel que ya no era joven, ya contaba con 50 pirulos! realizó un trabajo excepcional desde su puesto.
Así como Hipólito Irigoyen había reconocido a las clases medias como protagonistas de los destinos de la patria en la décadas del 10 y el 20. Este milico, que era ministro de trabajo completaba un ciclo en las conquistas de las mayorías populares. Los trabajadores empezaban a tener derechos, los trabajadores empezaban a ser dignos, lo trabajadores empezaban a tener gremios legales, los trabajadores se convertían en protagonistas y actores políticos reconocidos.
Las coyunturas internacionales marcaban un destino incierto, siempre lo es no? Un mundo en crisis, las grandes guerras y las entreguerras. Y definiciones a tomar en cada país, con el Eje, con los Aliados o porque no? Neutrales! Muchas discusiones en el gobierno gobierno del general Farrell. Mientras tanto, otra preocupación aparecía entre esos militares:
-¡Hay uno que se cortó solo!
-El Coronel Perón anda hablando por ahí y haciendo boludeces:
¡Que los trabajadores y cabecitas tienen derecho a reclamar y ser escuchados!
-¿Pero, qué cosas son esas?
¡Saquenló ya de ahí, lo hacen renunciar y me lo arrestan ya!
Horas después en esa misma tarde del 17 de octubre, más de un millón trabajadores, más de un millón de argentinos. Gritaron de durante horas: Perón, Perón!! Pedían la liberación del líder que nacía.
En ese momento empezaba a cambiar la Historia Argentina...
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El Revés de la Política. Otra frecuencia, Otra mirada...
lunes, 13 de octubre de 2008
CASULLO, ADIOS A UN GRANDE!

sábado, 11 de octubre de 2008
Octubre 8
Nos sentimos hermanados con todos los que con valentía y decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo, que con la complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas por militares títeres del pentágono mantienen a los pueblos oprimidos.
Hoy ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura joven mas extraordinaria que ha dado la revolución en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara.Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazo, le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir.
He leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del Peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿que edad tenía entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que derrocó al gobierno popular de Hipólito Irigoyen. Yo también en ese momento fui utilizado por la oligarquía.
Lo importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos. ¡Vaya si el Che los enmendó! En 1954, cuando en Guatemala lucha en defensa del gobierno de Jacobo Arbenz ante la prepotente intervención armada de los yanquis, yo personalmente di instrucciones a al chancillería para que le solucionaran la difícil situación que se le planteaba a ese valiente joven argentino; y fue así como salió hacia México.
Su vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América Latina.
No faltaran quienes pretendan empalidecer su figura. El imperialismo temeroso del enorme prestigio que ya había ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades de nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de que el Partido Comunista Argentino, solapadamente, esta en campaña de desprestigio. No nos debe sorprender ya que siempre se ha caracterizado por marchar a contramano del proceso histórico nacional. Siempre ha estado en contra de los movimientos nacionales y populares. De eso podemos dar fe los peronistas.
La hora de los pueblos ha llegado y las revoluciones nacionales en Latinoamérica son un hecho irreversible. El actual equilibrio será roto porque es infantil pensar que se pueden superar sin revolución las resistencias de las oligarquía y de lo monopolios inversionistas del imperialismo.
Las revoluciones socialistas se tiene que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello que ella tenga. Por eso y para eso, deben conectarse entre si todos los movimientos nacionales, en la misma forma en que son solidarios entre si los usufructuarios del privilegio.
La mayoría de los gobiernos de América latina no van a resolverlos problemas nacionales sencillamente porque no responden a los intereses nacionales. Ante esto, no creo que las expresiones revolucionarias verbales basten. Es necesario entrar a la acción revolucionaria, con base organizativa, con un programa estratégico y tácticas que hagan viable la concreción de la revolución. Y esta tarea, la deben llevar adelante quienes se sientan capaces. La lucha será dura, pero el triunfo definitivo será de los pueblos. Ellos tendrán la fuerza material circunstancialmente superior a la nuestra; pero nosotros contamos con la extraordinaria fuerza moral que nos da la convicción en la justicia de la causa que abrazamos y la razón histórica que nos asiste.
El Peronismo, consecuente con su tradición y con su lucha, como Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en acción empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamérica.
Juan Domingo Perón - 24 OCTUBRE 1967
viernes, 6 de junio de 2008
Feliz Día del Periodista!!

Por Rodolfo Walsh
Estoy leyendo en la gran revista Time el vivido, colorido, casi entusiasta relato del exterminio de los invasores de Haití. Pienso qué bueno seria poder escribir así, con tal precisión de adjetivos. Y tal vez para ejercitarme, para asimilar algo de esa maestría, vuelvo a mis viejos tiempos de traductor:
"La semana pasada una de las compañías tácticas de Duvalier se acercó sigilosamente a la fuerza invasora de 30 hombres que, procedente de Cuba, había desembarcado quince días antes.